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Aprende a cuidar de tus ojos en verano

La sociedad actual está especialmente sensibilizada con la necesidad del cuidado personal para mantenerse saludable. El cuidado personal abarca tanto nuestro cuerpo como nuestra mente.

Nuestro cuerpo está compuesto por distintos sistemas (cardiovascular, circulatorio, digestivo, óseo, muscular, respiratorio, auditivo, visual, neurológico e inmunológico).

Cuidarnos implica aportar a cada uno de nuestros sistemas, los cuidados que necesita en cada época del año.

El verano tiene un especial impacto sobre nuestro sistema visual. Existen determinados factores que pueden ocasionarnos molestias y problemas mayores y requieren adoptar medidas preventivas. La elevada radiación solar, la mayor exposición a piscinas y aires acondicionados pueden pasar factura a nuestra salud visual si no adoptamos determinadas precauciones.

A continuación, vamos a ver cuáles son estas precauciones:

  1. Protección Solar: Es fundamental utilizar gafas de sol con protección contra los rayos UV en la playa o la montaña. Los cristales deben estar homologados por la Comunidad Europea (sello CE) y tener un factor de protección de nivel 3.

Los rayos UVA y UVB pueden causar problemas leves como irritación de la superficie ocular, pero también otros más graves como queratitis, cataratas y degeneración macular.

Usar un sombrero de ala ancha o gorra puede proporcionar una capa adicional de protección contra la luz solar directa, de manera que contribuye a proteger tanto a los ojos como a la piel delicada de alrededor.

  1. Hidratación: El sol, el cloro o los aires acondicionados resecan la superficie ocular. Beber suficiente agua es crucial para mantener la hidratación de todo el cuerpo, incluidos los ojos influyendo en la producción de lágrimas naturales. En caso de que sientas sequedad o irritación ocular, es recomendable que utilices lágrimas artificiales de forma periódica. Se puede considerar el uso de humidificadores en casa o en el puesto de trabajo, con la finalidad de mantener el nivel de humedad adecuado en el aire. De este modo, se ayuda a prevenir la sequedad ocular debida al uso de aire acondicionado o ventiladores que resecan el ambiente interior.
  1. Protección contra sustancias y microorganismos presentes en el agua: El agua de las piscinas, lagos, ríos, mar, etc. puede contener elementos irritantes para los ojos, como el cloro, sal y microrganismos -como bacterias, hongos y parásitos- que pueden causar infecciones oculares en la conjuntiva (conjuntivitis), o la córnea (queratitis) desde leves hasta graves. Usar gafas de natación es una excelente forma de proteger tus ojos mientras disfrutas del agua. Además, se recomienda evitar abrir los ojos bajo el agua sin protección.
  1. Limpieza ocular: El viento puede provocar la entrada de partículas en los ojos y es especialmente frecuente en la playa con la arena tan fina. Si esto pasa hay que evitar frotarse en ningún caso, porque las propias partículas podrían dañar la córnea. Lo ideal es hacer un lavado abundante con suero fisiológico, pero, en su ausencia, puedes utilizar agua corriente o agua de mar -evitando recogerla de la orilla donde más concentración de arena puede tener-
  1. Cuidado con las lentillas: Si utilizas lentes de contacto, debes seguir buenas prácticas de higiene para evitar infecciones. Hay que limpiarlas y almacenarlas correctamente, así como nunca nadar con ellas en el mar, lagos, ríos ni piscinas. Es especialmente dañina y peligrosa la queratitis ocasionada por la acanthamoeba, relacionada con el uso de lentillas y contacto con agua. Al estar en contacto con la córnea, las condiciones de oxigenación que crean pueden retener hongos y bacterias que acaben ocasionando una infección corneal. Asimismo, si te entra arena en los ojos, evita pestañear, extrae la lentilla y lávalos abundantemente como ya te hemos explicado.
  1. Por último, no debes olvidar, en ninguna época del año, limitar el uso de pantallas electrónicas ya que su uso prolongado puede causar fatiga ocular y síndrome de ojo seco, que se potencia con la exposición al aire acondicionado. Si no puedes evitar el uso de dichas pantallas, asegúrate de hacer descansos periódicos y ejercicios oculares -enfocar de lejos (más de 6 metros durante 20 segundos) y de cerca, arriba, abajo, a derecha e izquierda alternativamente-, para contrarrestar la fatiga ocular.

No olvides que el mejor remedio es siempre la prevención. ¡Feliz verano!

Dra. Zoraida Del Campo

Oftalmología

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