Prostatectomía radical laparoscópica
La prostatectomía radical laparoscópica es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva muy utilizada para el tratamiento del cáncer de próstata, permitiendo su extirpación sin necesidad de recurrir a la cirugía abierta.
La técnica laparoscópica se lleva a cabo practicando en el abdomen 4 o 5 pequeñas incisiones, a través de las cuales se introducirá los instrumentos quirúrgicos, material óptico y de pinceria especial necesarios para llevar a cabo la intervención. El procedimiento consiste en separar la próstata de la vejiga y la uretra para poder extirparla intentando respetar los órganos que la rodean. Una vez extirpada, se reconstruye el tracto urinario (suturando la vejiga a la uretra).
Las ventajas que ofrece esta técnica es que al trabajar con una tecnología tan puntera (equipos de alta definición), le permite al cirujano tener una visión precisa y ampliada de las estructuras anatómicas de la zona a intervenir, facilitándole el trabajo y la precisión y minimizando así los efectos secundarios, tanto en la impotencia como en la incontinencia, a la vez que presenta otras ventajas en relación a la cirugía abierta como:
- Menor sangrado.
- Menos dolor post-operatorio.
- Recuperación más rápida.
- Cicatrices muy pequeñas.
- Estancia hospitalaria más corta.
- Incorporación más rápida a la vida laboral.
Al finalizar la cirugía se cerraran las pequeñas incisiones con puntos de sutura. La intervención se realiza bajo anestesia general y tiene una duración de entre 2,5 y 3,5 horas.
¿Cuándo está indicado?
Esta intervención se realiza cuando existe el diagnóstico de adenocarcinoma de próstata (cáncer de próstata) y éste está localizado y no se ha propagado más allá de la misma.
Equipo médico
Información de servicio
Antes (preparación)
Se le realizará un estudio preoperatorio y se le preguntará por los medicamentos que toma habitualmente, por si fuera necesario suspender temporalmente su administración.
Antes de la intervención, deberá seguir un protocolo de ayuno, higiene y/o toma de medicación que le será indicado por su cirujano.
No deberá llevar ningún objeto metálico durante la operación: anillos, pulseras, pendientes, piercings, etc.
Después (recuperación y resultados)
El ingreso hospitalario será de entre 48 y 72 horas y la incorporación a la vida normal se producirá entre 2 y 3 semanas después de la intervención.
Durante las primeras semanas se llevará control de incontinencia urinaria.
Equipamiento e instalaciones
- Quirófanos con flujo laminar
- Mesas quirúrgicas radiotransparentes
- Respiradores y carros de anestesia de última tecnología
- Pinzas selladoras Ligasure